Ella floreció con el tiempo, él la arrebató de su vergel y la mató poco a poco en el búcaro de cristal. Cada día acomodaba un poco de agua. Ella moría con su pesar y él le decía: eres tan bella y para siempre desearía permanecer contigo en el búcaro. Su color se desvaneció, su fragancia se perdió en la nada, la tersura de sus pétalos marchitó con el paso del tiempo. Finalmente, ella murió y el lloro anegando su habitación con llanto inmensurable, no podía con su pesar. Ella voló como lo hacen las hojas secas del ocaso. Y él murió con sus propias lágrimas sin imaginar que él la había matado cuando la arrebató de su vergel donde ella debía quedarse como todas las flores que mueren en su tiempo y no cuando alguien más decide su tiempo de vida.
Muy chulo, y triste
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Gracias un saludo
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